La Multa

En todos los estados organizados y bien dirigidos, se imparten leyes, normas y se crean mecanismos para cumplirlas.

En materia de tránsito terrestre, en el pasado, nosotros contábamos con una dirección que se encargaba del orden vehicular. Atrás quedaron los fiscales de transito que vigilantes y con grandes motos, ejercían funciones de control, hacían de semáforos humanos y contribuían con la prevención de accidentes. No sabemos qué razones llevaron a la desaparición de estos servidores públicos, que a ratos eran antipáticos por su función vigilante pero que hoy extrañamos su presencia en las calles y avenidas caraqueñas.

Ahora contamos con la Policía Municipal, quienes al parecer han asumido parte de esas funciones.

A nuestra redacción han llegado testimonios de las multas impartidas por estos funcionarios en acción. Frente a la infracción infraganti, es lógico esperar una sanción. Hasta aquí todo tiene forma pero el fondo se torna turbio, restándole brillantez a la actuación.

Para imponer una multa no es necesaria la retención del vehículo, más aún cuando la misma es de poca monta. Si cometes una falta menor y eres multado por ello, con pagar la multa, cumples con la sanción. Un intercambio rápido, más aún en estos días cuando los pagos por servicios, el pago de tributos y demás transacciones se pueden realizar desde un teléfono móvil.

Pues bien aquí comienza la parte turbia del asunto, un lector nos comenta como fue objeto de una maniobra poco ortodoxa, llevada a cabo por efectivos de la Policía de Baruta en conchupancia con el gruero del municipio. La multa en este caso es impuesta por un monto ínfimo, pero el traslado del vehículo al puesto de vigilancia vial es superior a los $15, un traslado absolutamente innecesario y no requerido. Saquen ustedes sus propias conclusiones.

Advertimos a los conductores que transitan por el municipio a que estén atentos de no cometer infracciones, a la observancia de las normas de tránsito, pero también que estén preparados para este tipo de acciones desmedidas por parte de los vigilantes de la ley.

Solo nos queda hacer un llamado a los directivos de PoliBaruta y al Consejo Comunal para que regulen y legislen en torno a este tema.