Los Niños de la calle: promesas incumplidas Carolina Soto Baruta En Movimiento A esta hora exactamente, hay un niño en la calle…
Esta frase tan estremecedora, pertenece al canto de Mercedes Sosa y
es el reflejo de una realidad que nos abraza hasta el ahogo. Diariamente recibimos reportes de grupos de menores que deambulan por
nuestras calles, que se agrupan en los semáforos, andan descalzos, sucios y
la mayoría hambrientos. Su instinto los mantiene unidos, dándose protección bajo los códigos
de su precaria instrucción. A la vez que representan un peligro para los peatones, blancos de sus
arrebatos y mendicidad, también representan el fracaso de aquellas políticas
que vaticinaban su extinción. Falsa promesa aquella de acabar con los niños
de la calle a finales de los noventa, hoy se convierte en un deshonor, en una
multiplicación del daño anterior. La responsabilidad de protegerlos, de guiarlos, de darles el cobijo
negado por las circunstancias, se voltea frente a ellos, el estado le da la
espalda a su compromiso. Las calles de las Mercedes, las inmediaciones del semáforo de la
Procter, los lados de Chacaíto, están invadidos por estos grupos de futuro
venezolano. Esta deshonra nos llama a la reflexión, el abandono de la infancia es
la negación del porvenir. |
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