25 de julio de 2023

El ciudadano responsable. Por Manuel Barreto

 

El ciudadano responsable

Por Manuel Barreto - 22 de julio de 2023 1:00 am



«El peor de los analfabetos es el analfabeto político. El no escucha, no habla, ni participa de los acontecimientos políticos. Él no sabe que el costo de la vida, el precio del maíz, del pescado, de la harina, del alquiler, de los zapatos y de los remedios dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan bruto que se enorgullece inflando el pecho diciendo que odia la política. No sabe el imbécil que de su ignorancia política nacen las prostitutas, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos, que es el político embustero, el corrupto lacayo de los explotadores del pueblo» . Bertolt Brecht.

Resulta urgente hacer al ciudadano participe de sus asuntos cívicos. Es evidente la ruindad del régimen al propiciar conducir nuestro país con artimañas e instrumentos perversos que conllevan al desinterés o a la apatía política. Al tener la atención de la sociedad cada vez más desviada de la política o al punto de enajenación nos lleva a condenar el destino de nuestro propio país.

Para librarnos de algo, casi siempre recurrimos a la expresión «Se tiene que hacer algo mejor», sin caer en el escapismo ni en la dispersión mental. Ahora bien, si realmente nos convencemos que realmente hay algo mejor que hacer, participando cívicamente descubriremos un espacio distinto: el de la profundización de la acción y el de la exigencia en los resultados. Hoy se nos llama a una participación más directa y responsable en todos aquellos ámbitos en los que se pueda edificar un sólido muro de contención al régimen. Para algunos puede que ello signifique descubrir su vocación a la actividad política, sindical o gremial, o en la vida del barrio, de la urbanización o hasta dando clases en el colegio de sus hijos. Grupos, Organizaciones, Consejos Comunales, Asambleas de Ciudadanos, son esas instancias donde los ciudadanos, al participar activamente, se harán responsables de sus opiniones y juicios, propondrán sus ideas y asumirán los compromisos que de sus grupos surjan. Cada uno sabrá qué hacer. Lo que ya no es lícito es quedarse en la acera de enfrente. Pero no es suficiente el qué hacer. Se hace menester plantearse el cómo hacerlo.

Lo hemos dicho en repetidas ocasiones: es sabido que el propósito de la sociedad civil no reside en conquistar el poder, sino influir en la actuación de los actores políticos, con la lógica pretensión de buscar un espacio para las asociaciones cívicas en el cual converjan la paz, el respeto a los derechos humanos, el orden y la solidaridad. El ciudadano responsable no es enemigo de nadie, pero sí un juez muy pendiente de la rendición de cuentas.

Hacer oposición obliga a tener al ciudadano ocupado en pensar el futuro, en organizar a la gente, hoy, ahora, desde ya, para alcanzarlo; en repetir a los jóvenes lo que es la democracia, pues ya tenemos una generación formada en este sistema tan ruin; por ello está prohibido olvidar, no solo a nuestros muertos, sino también a nuestras creencias y convicciones.

El ciudadano que ahora participa con entusiasmo y comprometidamente apoyando que la Primaria sea llevada a buen término, espera que no se descanse en lograr el rescate de nuestra democracia; exige un discurso coherente centrado en problemas sociales con un liderazgo que cada día se consolide más; y demanda más unidad entre los partidos políticos, los movimientos sociales; los gremios; las redes de resistencia y todo grupo que le dé fortaleza al tejido social para que se presenten con solidez tanto las tácticas como las estrategias que en lo adelante deberán conducirnos a lograr ese país que deseamos y merecemos.

Además de valernos de Bertolt Brecht con el epígrafe que inicia la nota de hoy, pues con otra máxima de este gran dramaturgo nos permitimos concluir: “No aceptes lo habitual como cosa natural, porque en tiempo de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer imposible de cambiar.”




Sociólogo de la Universidad de Carabobo. 
Director de Relaciones Interinstitucionales de la Universidad de Carabobo


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"Un derecho no es algo que alguien te puede dar, es algo que nadie te puede quitar"

-Ramsey Clark.


18 de julio de 2023

La mediocridad como sistema. Por Manuel Barreto


                                      La mediocridad como sistema

Por Manuel Barreto - 15 de julio de 2023 1:00 am


“Los espíritus mediocres condenan generalmente todo aquello que no está a su alcance”. François de La Rochefoucauld

«Hay épocas en que el equilibrio social se rompe a favor de la mediocridad. El ambiente se torna refractario a todo afán de perfección, los ideales se debilitan y la dignidad se ausenta; los hombres acomodaticios tienen su primavera florida. Los gobernantes no crean ese estado de cosas: lo representan….»

Estas ideas las expone el ilustre pensador argentino José Ingenieros en “El hombre mediocre”, un libro publicado en 1911. Ha transcurrido más de un siglo y aquellas palabras de Ingenieros resultan muy vigentes, al percatarnos de cómo la mediocridad general ha colmado todos los espacios de nuestra vida institucional. Ahora bien, ¿qué es ser mediocre?

Tomando como referencia el Diccionario Esencial de la Lengua Española, nos encontramos que mediocre significa:”1. De calidad media, se conforma con resultado mediocre // 2. De poco mérito, tirando malo”. Mediano, que está entre ambos extremos, ni malo ni bueno; Ingenieros sostiene que el mediocre es un equilibrista… Equilibrista, por cierto, no significa equilibrado.

Cuantos han escrito acerca del tema sostienen que la insensatez es lo que provoca la mediocridad, y presentan como características fundamentales la inseguridad y la búsqueda de excusas que siempre se apoyan en la descalificación del otro, la culpa siempre es de otros y esos otros son quienes deben arreglar las cosas, presentándose esta actitud fundamentalista, que lo encierra en la convicción de que él posee la verdad, la luz, y su adversario el error, la oscuridad; el mediocre rechaza el diálogo. El mediocre no logra liberarse de sus resentimientos, que siempre desnaturalizan a la justicia. No soporta las formas, que confunde con formalidades, por lo cual desconoce la cortesía y el respeto.

Vista esta apresurada introducción podemos entonces sostener que nos gobierna, de manera sistemática, un régimen mediocre, que en su peligroso intento de igualar por lo más bajo, de sustituir la calidad por la cantidad, de habilitar a los peores e inhabilitar a los mejores, nos ha arrastrado a la imprecisión, a la desenfrenada corrupción, a las promesas demagógicas y populistas de imposible cumplimiento, a las alocadas invasiones y expropiaciones, mediante un intervencionismo económico y un disparatado patriotismo que tan solo ha logrado llevarnos al marasmo total. Más de dos décadas de mediocridad que hacen tambalear nuestro país. Más de veinte años de vacío, de ridículo internacional, de lamentables alianzas y de pactos con quienes no creen en el Estado; de falta de respeto a los ciudadanos, de pura propaganda demagógica. Más de dos décadas de negación de la realidad, de siembra de odios y resentimientos, de improvisaciones y disparates, puesto que no existe nada que odien más los mediocres que la superioridad de talento. Más de veinte años sin verdadera y sana creatividad, en los cuales no se promovió la excelencia, sino se acentúo la discordia social y no la paz. Donde se apartó el diálogo, recurso indispensable para lograr acuerdos sobre lo principal. Más de dos décadas de absoluta politización de la vida diaria, de continuas incoherencias y contradicciones, en que los ciudadanos han perdido la esperanza porque no ven alternativa. Resulta tal su mediocridad que ni siquiera entiende muy bien qué ha sucedido, ni cómo es posible que hayamos llegado a esta situación, ni alcanza a comprender qué ha fallado, ni mucho menos qué se debía hacer entonces ni qué se ha de hacer ahora. A este régimen de los mediocres el país se le escapa entre las manos sin saber qué hacer.

Pero la mediocridad no es exclusividad del régimen. La encontramos en esos innumerables enchufados que han llegado hasta la abyecta complicidad de atornillar al régimen dejando a un lado atavismos familiares o preceptos morales.

Tal como se logró la vacuna contra el COVID, deberían los laboratorios de la dignidad empezar a formular una vacuna contra la mediocridad….

En el siglo XVIII el español Gaspar Melchor de Jovellanos acuñó aquella lapidaria sentencia: “Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”. Dos centurias después, el francés André Malraux corrigió: “Los pueblos no tienen los gobiernos que se merecen; tienen el gobierno que se les parece”. Contemporáneo con éste, el italiano Alberto Moravia expresó:» Curiosamente, los votantes no se sienten responsables de los fracasos y errores del gobierno al que han votado»…

¿Tres citas que logran concatenar la realidad nuestra?

De ser así, la esperanza que nos queda, no tan sólo consiste en impedir el acceso a los mediocres a la gestión pública y a gobernar nuestro país, sino que el pueblo tome conciencia de su responsabilidad ciudadana, y sacar, de manera democrática, a este régimen mediocre, y a sus ineptos secuaces. Empecemos pues, apoyando el proceso de LA PRIMARIA, punto de partida para lograr salir de tan absurda mediocridad.



Sociólogo de la Universidad de Carabobo. 
Director de Relaciones Interinstitucionales de la Universidad de Carabobo


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11 de julio de 2023

El compromiso como respuesta. Por Manuel Barreto


                                    El compromiso como respuesta

Por Manuel Barreto - 8 de julio de 2023 1:00 am


“La libertad no es la ausencia de compromisos, sino la habilidad de elegir, y comprometerme yo mismo con lo que es mejor para mí. Paulo Coelho

El próximo 22 de octubre no estaremos concurriendo a una Primaria común y corriente, ni los tiempos que seguirán a este paso tan importante serán tiempos comunes y corrientes; deberán ser los momentos del coraje responsable y ciudadano, pues la cartilla del gobierno que nos desgobierna ya nos ha sido leída y todos sabemos su contenido, pues se trata del porvenir -suena a lugar común, pero encierra tanto- de nuestros hijos…y tan sólo nosotros somos responsables.

La resignación, la comodidad, el miedo, son conductas razonables. Pero al intentar elucubrar sobre el porvenir, al percibir que lo que nos espera es más autoritarismo, más terrorismo judicial, más violencia, más inseguridad, más invasiones, más corrupción e impunidad, más incertidumbre, más escasez y carencias nacionales en materia económica, estructural, energética, agrícola, de empleo formal, de calidad educativa, de producción de conocimientos, de salud integral, de seguridad ciudadana, ambiental, vivienda, vialidad, suministro de agua verdaderamente potable, electricidad, sectores todos estos que han sido dejados en el más criminal olvido por la irresponsable incapacidad. Ante esta ineludible realidad es necesario fortalecer en nosotros la esperanza y animarnos a asumir de manera la posibilidad de cambio, y éste dependerá tan sólo de nuestro empeño y compromiso.

Consideramos necesario recordarlo: la marcha que con muchos obstáculos que debemos reemprender por el rescate de la democracia no se trata de una carrera de rapidez, sino de resistencia. Si hemos tropezado muchas veces muy cerca de la meta, tengámosle sólo miedo a darnos por vencidos.

Un acertado concepto del término compromiso nos dice es poner en juego nuestras capacidades para sacar adelante todo aquello que se nos ha confiado y nuestra conciencia ha aceptado. Una persona comprometida es aquella que cumple con sus obligaciones haciendo un poco más de lo esperado. La clave de nuestros logros radica en la capacidad que poseemos en comprometernos a crear algo, o como lo señalaba Abraham Lincoln: compromiso es lo que convierte una promesa en realidad. Y para hacer realidad la Primaria hace falta el apoyo y la participación de TODOS; como dependerá del compromiso de TODOS que la nuestra no sea una historia de oportunidades perdidas y de posibilidades no aprovechadas

Ha llegado el momento de dejar atrás el fatalismo, el derrotismo o la indiferencia, y tomar como referencia aquellas emotivas palabras del “buenanota” de Juan Pablo II, quien con su habitual sabiduría nos aconsejó…»El compromiso es la respuesta valiente de quienes no quieren malgastar su vida, sino que desean ser protagonistas de la historia personal y social” … Así las cosas, es tiempo de suscribir un irrenunciable compromiso que se centre en la búsqueda de un país mejor, es tiempo de comprometernos con Venezuela.

Manuel Barreto Hernaiz

https://www.el-carabobeno.com/el-compromiso-como-respuesta/


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4 de julio de 2023

¿Y Baruta qué? ¿La Gobernación de Miranda se olvidó de Baruta?

 



En junio de este año salió en medios de comunicación la siguiente información:


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El Instituto de Infraestructuras de Obras y Servicios del estado Miranda y la Alcaldía del municipio Guaicaipuro culminaron los trabajos de reparación de una falla de borde, la cual se encontraba en uno de los tramos de la vía principal hacia Lagunetica. Con esta reparación, la Gobernación de Miranda y la Alcaldía de Guaicaipuro han reparado seis fallas de borde en la jurisdicción altomirandina.

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A nosotros como Baruteños nos tiene que doler esta falta de interés por parte de la Gobernación de Miranda, en solucionar trabajos que se REQUIEREN CON URGENCIA en nuestro municipio. 


Uno de ellos es la falla de borde en la Intercomunal Trinidad - El Hatillo, bajando desde el Centro Médico Docente La Trinidad y que data desde 2016. 


Foto recién ocurrida la falla

Una vía en la que además los conductores suelen transitar a cierta velocidad por ser una Intercomunal, lo que aumenta el peligro de cualquier bache u obstáculo, más aún una falla de esa magnitud.

¡Es simplemente peligrosisimo! ¡De verdad que tenemos un Dios muy consecuente que no ha permitido una desgracia y que un carro se vaya por ese súper hueco!

Es que no tiene señalización, ni un ojo de gato que alerte sobre el peligro que se consigue súbitamente el conductor.


Foto reciente de Julio 2023


Como pueden ver en las dos imágenes colocadas en este escrito, desde que ocurrió la falla el monte y los árboles han crecido ocultando el mortal hueco y creando más peligro aún, eso es una muestra más evidente de la desidia en no querer resolver la situación. ¿Qué están esperando, que ni Dios lo quiera ocurra una desgracia?




¿Por qué la Gobernación de Miranda tiene a Baruta tan abandonada?


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"La TRANSPARENCIA en la gestión es garantía de hacer las cosas bien. Queremos un GOBIERNO ABIERTO, empecemos por Baruta."





Resistir con entereza los ataques de la adversidad. Por Manuel Barreto

 


Resistir con entereza los ataques de la adversidad

Por Manuel Barreto - 1 de julio de 2023 1:00 am


“La Primaria es una convocatoria tan frágil como importante. Cuidémosla. A partir de este momento no es la primaria de un grupo determinado de partidos políticos, sino quiere serlo de la ciudadanía toda… » Jesús María Casal

En política, saber perder no implica tan sólo resignarse ante los resultados adversos o la realidad de las encuestas, significa saber que existen diagnósticos y lecturas políticas previas que van conformando escenarios posibles en los que se debe mover el hombre que aspira el poder para tomar las decisiones adecuadas. El político debe aprender no sólo a percibir la realidad en el momento, sino que, ubicándose más allá, debe ser predictivo ante el futuro para estar en condiciones de establecer la mejor estrategia para la brega política. Aun la probabilidad de la derrota debe estar medida, para decidir si se compite o no o en qué condiciones se dará la contienda política. El político avezado debe considerar las reglas del juego democrático que exigen las actuaciones, declaraciones y actitudes de unos y otros al intuir los posibles resultados de las votaciones. Alguien gana y alguien pierde en unas elecciones y el candidato tiene que haberse preparado para ese momento del triunfo o la derrota. Deberá actuar con aplomo y con las aptitudes más adecuadas… y por supuesto, sin la necesidad de recordarle aquella conocida locución latina «pacta sunt servanda».

Así las cosas, requerimos sin demora de la necesaria actuación inteligente de los factores políticos y sociales, y la participación comprometida de una ciudadanía consciente que presione con precisión donde sea menester.

Nuestro país no puede seguir siendo el país de las oportunidades perdidas por tantos desaciertos e incoherencias de una parte de la dirigencia que posterga las responsabilidades que la sociedad, en su justa razón, exige; no puede seguir dando tumbos entre la esperanza y la incertidumbre. Resulta incomprensible e inaceptable la actitud impropia de estas personas que pretenden erigirse por encima de las negociaciones, las reglas y los acuerdos; considerándose, con su actitud prepotente y fuera de lugar con derecho a poner en riesgo lo logrado. Ya no hay espacio para discursos que giren alrededor de un “consensuado yo, el único», sólo un verdadero «nosotros» será capaz de convocar a todos a construir la verdadera democracia.

Sostenían los antiguos griegos que la virtud de la templanza, más que impulsar a la realización de acciones difíciles o arriesgadas, estaba en la capacidad de resistir con entereza los ataques de la adversidad.

A la vista de las fuerzas movilizadas por la perversidad de este régimen y sus secuaces, acompañados por el evidente empeño de los pseudo opositores en boicotear la Primaria, no hay que ser una Casandra especialmente competente para advertir que se aproxima la hora de la resistencia, del compromiso y de la voluntad que cambie el porvenir de nuestro país. Además del ánimo templado, estos son tiempos de las mentes lúcidas y atentas, que saben hacerse cargo de lo fundamental que está en juego, de este requisito imprescindible para triunfar en el proceso electoral presidencial del próximo año.

Y para concluir, reiteramos una vez más, que tanto la Comisión Nacional de Primaria, como la Junta Regional de Primaria de Carabobo al actuar comprometida y responsablemente, con libertad total de consciencia, sin ningún tipo de ataduras partidistas, harán lo que esté a su alcance por cumplir cabalmente con la cívica labor encomendada.



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