Baruta
En Movimiento
Opinión,
9/11/2019
El 9 de noviembre
1989, hace 30 años comienza a desmoronarse el Muro de la Vergüenza, el Muro de
Berlín.
Treinta años han pasado desde aquella noche cuando los
habitantes de la República Democrática Alemana (RDA) toman la frontera que
dividía a las dos Alemania y deciden poner fin al dominio soviético sobre su
territorio.
El Muro de Berlín, denominado en la RDA como el “Muro de Protección Antifascista”, rodeaba
y separaba la zona de la ciudad berlinesa encuadrada en el espacio económico de
la Republica Federal Alemania (RFA), Berlín Oeste, del resto de la ciudad.
El bloque de Este, dominado por los soviéticos,
sostenía que el muro fue levantado para proteger a su población de elementos
fascistas que conspiraban para evitar la voluntad popular de construir un
Estado socialista en la Alemania del Este.
Y es que en realidad el Muro fue construido para
evitar el éxodo desmedido de los habitantes de la Alemania del Este, ante el
fundado temor de la aplicación de la filosofía Marxista dentro del sistema
económico y financiero de la recién derrotada Alemania, dividida como botín de
guerra por los vencedores en la segunda guerra mundial.
Tres Millones de alemanes orientales huyeron de la RDA
hacia la República federal Alemana (RFA), antes de la construcción del Muro,
venían huyendo de las políticas económicas erradas que inexorablemente los llevarían
al hambre, el atraso, y al poco crecimiento económico.
Hoy por hoy, mas de cinco millones de venezolanos han traspasado
nuestras fronteras, huyendo de esas mismas medidas económicas anacrónicas e
inoperables, de esa tropicalización de las teorías Marxistas, trasnochadas,
harto comprobadas por su incongruencia e inviabilidad.
Los muros de la intolerancia y la xenofobia, son los
que hoy se interponen entre los ciudadanos de bien que huyen de la locura de
los que controlan la economía de nuestra querida Venezuela y los países
fronterizos que aún no han caído en la trampa de los populistas.
Son esos países que limitan con el nuestro los que
deben elevar su voz frente a la avalancha de venezolanos que traspasan las
fronteras en busca de un mejor porvenir, quizás esas voces de protesta
contribuyan a precipitar la caída de este régimen que nos oprime y nos agobia
al igual que hace treinta años se precipito el Muro de Berlín.
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