2 de septiembre de 2021

Crónica de una tragedia por suceder

Torrentera en Santa Cruz del Este

Crónica de una tragedia por suceder

* Entre 1995 y 2000, ocurre en las minas de Baruta el derrumbe de la carretera Caracas-Baruta frente al Club Asturiano, la Alcaldía realiza los trabajos de reconstrucción y rehabilitación. A partir de entonces comienza el gran problema de Santa Cruz del Este.

* La rehabilitación de la carretera, trajo como consecuencia el bloqueo de los sistemas de drenaje de aguas servidas y fluviales hacia los canales que pasan por la parte de atrás de las minitas y desembocan en el río Guaire. Estas aguas se desviaron hacia la calle Unión de Santa Cruz del Este, por medio de tuberías de 24”de diámetro con un recorrido de aproximadamente ½ kilómetro de distancia que atraviesa el Club Italo Venezolano.

* Año 2008, fuertes precipitaciones dieron como resultado los deslizamientos de tierras en diversos sectores del sur oeste caraqueño, y el Barrio Santa Cruz, también se vio afectado por estos deslizamientos, que afectaron los terrenos por donde pasan estas tuberías, cuya exposición y falta de mantenimiento trajo la corrosión de las mismas. El quiebre de estás tuberías en su recorrido, ha ocasionado a su vez la erosión y socavación del terreno que las sostiene, formándose lo que ahora se conoce como la torrentera de Santa Cruz.

*Año 2021, marzo, el alcalde Darwin González, junto a directivos de Hidrocapital, hacen acto de presencia en los terrenos afectados  por la torrentera que pone en riesgo el muro de gavión el cual protege las casas construidas a su alrededor. La inspección de los mencionados terrenos, se debe a los innumerables llamados de atención de los vecinos de la zona, quienes viven atemorizados ya que en cualquier momento se puede producir la tan temida tragedia.

Resultado de la visita del Alcalde: promesas vacías, no hay aprobación de presupuesto, no hay inicio de obras.

* Año 2021, Septiembre , el INAMEH, anuncia fuertes precipitaciones sobre la ciudad y seguramente esto aumentara el caudal de la Torrentera sobre el talud ya socavado. Ojalá el talud no ceda y resista el muro de gavión, que protege las viviendas colindantes. 



Ya lo hemos dicho antes, los culpables de esta catástrofe no tendrán lugar donde esconder la cara.




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