“Mi hermana quiere recuperarse colabora con nosotros”, “GoFoundMe por mi padre que agoniza”, “Mi madre no puede sanarse, necesito ayuda”... así podríamos enumerar miles de solicitudes que a diario navegan desesperadas por las redes sociales. Hasta figuras de relevancia pública están recorriendo con la mano extendida pidiendo el auxilio que la seguridad social es incapaz de administrar, nos hemos convertido en un país lleno de ciudadanos desasistidos.
Muy atrás quedó aquel Seguro Social diseñado para acoger al trabajador que durante su vida laboral cotizaba mensualmente para su vejez y para recibir en algún momento asistencia social y sanitaria. Más lejanos quedaron los hospitales ejemplos de pedagogía y atención digna, orgullo del pasado.
Al igual que los servicios públicos, el sistema de salud de Venezuela, quedó detenido y abandonado en el tiempo, dejando un país en materia sanitaria a la deriva, mendigando amparo entre sus ciudadanos para poder sobrellevar el contagio en medio de una pandemia anunciada.
Es muy triste ver cómo van creciendo las peticiones de socorro y colaboración, bajo un régimen que no escucha las plegarias de auxilio, una administración que no supo manejar ni supo prepararse para enfrentar ni para ofrecer a su pueblo un poquito de dignidad a la hora de enfermarse.
El sistema de Salud Venezolano está colapsado, lo urgente y lo importante quedó pospuestos ante lo político, mientras tanto la ruina del país nos está ahogando.
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