31 de enero de 2023

Que burla tan seria. Por Manuel Barreto

 

Manuel Barreto


Que burla tan seria



“Venezuela no se ha perdido, ni se perderá nunca, porque un ciudadano se burle del presidente, Venezuela se perderá cuando el presidente se burle de los ciudadanos” General Carlos Soublette.

La burla… ¿Está en nuestra idiosincrasia? ¿Somos jodedores por antonomasia? ¿O será que en nuestro ADN nacional la mamadera de gallo aparece como piedra filosofal? Se cuenta que cuando los conquistadores llegaron a esta “Tierra de Gracia” lo primero que preguntaron fue ¿Dónde está el oro? Siempre los aborígenes respondían indicando hacia el sur… Fue mucho tiempo después que los extranjeros comprendieron la mofa: los mandaban al sur…es pos del loro.

Sin embargo, y tal como lo sugiere el epígrafe del General Soublette, desde tiempos inmemoriales hemos sido muy dados a hacer chistes de cuantos detentan el poder, más como señal de descontento que resignación, y hasta de nuestras calamidades y desgracias, por distracción, diversión o consuelo; es una especie de alivio nacional, de todo lo serio un chiste… Pero que se burle el gobierno de la ciudadanía…

Parece ser que su origen en parte se ubica en las cortes reales, donde el rey empleaba un personaje llamado bufón para que hiciera de cómico en la corte y los cortesanos rieran a buena gana. Bufones que en la actualidad se nos presentan bajo esa modalidad contemporánea del Entertainment mediático, con desplantes infectados del destructor odio y del terrible resentimiento, o bien aderezadas con el cinismo y la mordacidad acumulada por la incapacidad de entender la otredad, la concordia y la tolerancia.

Se hace menester destacar que existe una diferencia entre bromear y burlarse.

La gran falta de madurez, respeto y sensatez, estriba generalmente en la maldad y mediocridad de las personas burlonas, quienes muy a menudo son sorprendidas por las personas burladas. La psicología social vernácula nos dice que los venezolanos tomamos en serio los chistes y hacemos chistes de lo serio, que no creemos en nadie y creemos en todo, lo que nos expone con bastante fragilidad a las caprichosas burlas de un régimen y sus secuaces que se niega a tomar con seriedad un país que anhela seguridad alimentaria, salud, orden, respeto, tolerancia y justicia. Y sobre todo, un cambio de gobierno. Así seremos de jodedores los venezolanos que ya Benjamin Rauseo, ” El Conde del Guácharo”, figura muy bien posicionado en las encuestas para las presidenciales.

Una desgraciada burla resulta el estado deplorable del sistema de salud, la criminal desidia en el aprovisionamiento de las medicinas que se requieren para afrontar la pandemia; como mofa sin igual es la que obliga a esas kilométricas colas para lograr surtirnos de gasolina. 23 años de burlas, y como si nada… Burla al enaltecer la pobreza; burla con los necesitados.

Pero resulta que este “bullying” nacional como política de Estado tiene en el actual gobernador su más destacado representante. La estrategia de Lacava de hacer escándalo y generar prurito en la sociedad carabobeña le ha servido… Ha demostrado una y otra vez que la gente es fácil de manipular con disparadores muy sencillos como el horror, el rechazo y el “miren qué locura hizo ahora”. Eso no habla ni bien ni mal de Lacava, habla muy mal de la gente opositora que se ha encargado de viralizar comentar y divulgar sus publicaciones una y otra vez. Norman Manea, un extraordinario escritor rumano que sufrió las atrocidades del totalitarismo negro y rojo, nos deja en su obra “Payasos: el dictador y el artista” nos deja ciertas interrogantes fundamentales: “¿Es el Dictador solamente un enemigo de las masas o un producto de éstas?” o “¿Se habrá encarnado el Mal sólo en mensajeros tan mezquinos y ridículos? ¿Acaso el grandioso emblema del infierno sólo se manifiesta en esos estúpidos, aunque terribles, pantomimos balbucientes?”



Manuel Barreto




Sociólogo de la Universidad de Carabobo. 
Director de Relaciones Interinstitucionales de la Universidad de Carabobo

24 de enero de 2023

Aclaratorias y Decisiones… Por Ismael Pérez Vigil


Aclaratorias y Decisiones…

Ismael Pérez Vigil - Politólogo

21 de enero de 2023


Entre los temas controversiales que maneja la Comisión Nacional de Primaria (CP) está el de la participación del CNE y el alcance de esa participación en el proceso de la primaria opositora para elegir el candidato unitario de la oposición. Sobre ese tema, al que me referí en mi artículo de la semana pasada, aún no se ha tomado ninguna decisión, salvo la ya anunciada de reunirse con ese organismo, en la cual se le solicitó la utilización de los centros electorales, la actualización del registro y la conformación de una comisión técnica.

De manera que lo expresado en el artículo referido son mis opiniones y no reflejan la posición de la CP, que como he dicho, aún no ha tomado una posición al respecto. Por otra parte, como se deduce de la lectura del artículo, mis opiniones tampoco son definitivas, pues estoy abierto a la discusión que se pueda dar, y se dé, en la Comisión; y desde luego aceptaré sin ambages la decisión que se adopte en dicha Comisión.

Otro de los problemas con los que tiene que lidiar la CP de la oposición democrática, es el de la votación de los venezolanos en el exterior, que por varias razones, es el más complejo, delicado y difícil de ver con la reposada calma y objetividad que se merece. Votar, es un derecho político y, por lo tanto, un derecho humano fundamental. La CP así lo ha declarado en varias oportunidades: Todo venezolano, mayor de 18 años, que esté en el registro que en su momento definirá la CP, en Venezuela o el exterior, tiene derecho a votar y es deber, misión y objetivo de la Comisión, procurar y hacer lo necesario para que eso sea posible.

Sobre todo, porque entre los principios que guían la actuación de la CP está el de:

      “…rescatar el valor del voto como instrumento para la democratización… (y el) … Perfilamiento de la Primaria como un proceso abierto de participación y despertar democrático…”

Por ello, en el primer informe de balance de la Comisión, el 12 de diciembre de 2022, la CP afirmó:

      “Se elaborará e implementará un Plan de promoción de la participación electoral de los venezolanos que se encuentran en el exterior, para incorporarlos a la Primaria y luego al RE con su dirección actual.”

Con respecto a ese Registro, en el mismo informe del 12 de diciembre último, la CP afirmó:

      “Con base en propuestas recibidas, se están definiendo las características y alcances de un registro auditable para el ejercicio del derecho al voto de venezolanos que se encuentran en el exterior, que les permita votar presencialmente en la primaria y marque un camino para su participación en la futura elección presidencial.” (Subrayado mío)

Incluso la CP, en su declaración de diciembre, ha ido más allá de lo que establecen las normas que se han empleado en procesos electorales recientes, que se consideran restrictivas y violatorias de los derechos políticos establecidos en la Constitución y en el propio artículo 124 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE); a tal efecto la CP ha declarado:

      “Se tendrán en cuenta los criterios que, de acuerdo con la Constitución y el Derecho Internacional, deben ser considerados para superar la ilegal restricción del derecho al voto que ha sido impuesta en procesos electorales anteriores.”

El problema no es sencillo de resolver y espero haber ilustrado suficientemente su complejidad; pero, sobre todo, espero haber dejado claro −y lo enfatizo− que la CP no ha tomado ninguna decisión con respecto al alcance y modalidades de la participación de los venezolanos en el exterior y seguirá buscando la alternativa para que todos los venezolanos, donde quiera que estén, se incorporen, de manera efectiva y real, a la reconstrucción de la democracia en el país.

 https://ismaelperezvigil.wordpress.com/





21 de enero de 2023

Que no se calle la calle. Por Manuel Barreto

Manuel Barreto Hernaiz

Que no se calle la calle

 


 “Protestar es negarnos a ser reducidos a cero y a que se nos imponga el silencio. Por tanto, en cada momento que alguien hace una protesta, por hacerla, se logra una pequeña victoria. El momento, aunque transcurra como cualquier otro momento, adquiere un cierto carácter indeleble. Se va y sin embargo dejó impresa su huella.” John Berger

La combinación de malestar, inconformidad, de pérdida de credibilidad en los mensajes del régimen, tan sólo ha incrementado la ausencia de esperanza respecto a la posibilidad de su cambio, en sentido positivo para la mayoría de la población, lo que conlleva a una profunda desesperanza, un gran desencanto y desconfianza, que se manifiesta en la generalizada frustración.

Pero ya no se pueden tapar tantas bocas ni cerrar tantas conciencias pues el reclamo es de toda una mayoría que no acepta más engaños ni fracturas como Nación, ahora la arrechera es sensatamente sentida, lo que nos recuerda aquella sentencia de Camus que expresaba que no es noble la rebelión por sí misma, sino por lo que exige.

Así las cosas, ya la mayoría de los venezolanos se cansó de esperar una adecuada respuesta a sus apremiantes necesidades, desde las más básicas hasta aquellas que le garanticen su supervivencia

La experiencia histórica nos indica que, al encauzar energías de los ciudadanos en conseguir objetivos perfectamente válidos y aceptados por la sociedad, la vía pacífica tiene más efectividad que la violenta en términos promedio. Sin embargo, no se puede descartar que el uso combinado de la perseverante y activa protesta junto a métodos preferentemente pacíficos, tal vez sea la estrategia óptima a seguir en estos tiempos en los cuales la mayoría de los venezolanos se cansó de esperar una adecuada respuesta a sus apremiantes necesidades, desde las más básicas hasta aquellas que le garanticen su supervivencia.

Clama con su voz celestial pero muy firme, la Conferencia Episcopal Venezolana: “Hoy es el momento de despertar de nuestra postración para despojarnos de todo vestigio de resignación, indiferencia o egoísmo. Generar conciencia de la propia dignidad humana y responsabilidad compartida. Levantarnos y caminar juntos para sembrar esperanza, actuar con decisión, cultivar valores y promover una forma de hacer política basada en el bien común y no en intereses particulares o en fines ideológicos…”

Y ese llamado lo ha escuchado un país que comprendió que abandonar esta irrenunciable lucha por apatía, desaliento o escepticismo, resulta peligroso, ya que supondría la entrega definitiva de una herramienta indispensable para labrar y lograr hacer fértil, la realidad que hoy nos ocupa.

Así las cosas, es tiempo de radicalizar el justo reclamo, de hacer de la calle el espacio donde fluya con fuerza esa acumulada indignación ante los atropellos y disparates de un régimen que hace aguas y pretende llevar al abismo a toda la Nación venezolana.

Una de las pocas maneras para que este régimen no se sienta que es intocable, es haciéndole sentir el peso de la ciudadanía ya que no sienten el peso de la ley, pues hace rato ellos la controlan; sin violencia, pero con determinación; sin tocarles pero sin dejarles respirar. Una hormiga no para un bus, pero llena de ronchas al que la conduce… Cuando la calle vuelva a convertirse en el lugar de lo político, poco espacio quedará para estos usurpadores y corruptos que pretenden continuar arruinando el futuro de la nación venezolana.

En fin de cuentas: la voz y las calles son las armas con las que realmente cuenta el ciudadano, y así las cosas… ¡Que no se calle la calle!



Manuel Barreto




Sociólogo de la Universidad de Carabobo. 
Director de Relaciones Interinstitucionales de la Universidad de Carabobo