13 de octubre de 2020

Ciclo de Fábulas y Leyendas de Leonardo Da Vinci


Desde Baruta en Movimiento comenzaremos a compartir las Fábulas y Leyendas de Leonardo Da Vinci. Aunque reconocido como uno de los artistas más controversiales del Renacimiento, también se destacó por sus narraciones.

Sus fábulas volaban de boca en boca, sufriendo claro es, las deformaciones propias de toda tradición oral. Los mal pensados, inútilmente podían rebuscar sus orígenes en narraciones anteriores: tenían todos que convenir que las fábulas de Leonardo, con algunas excepciones, eran de su invención.

Para recordarlas, Leonardo había tomado la costumbre de anotarlas en cuadernos cuyas hojas dispersas, al fin acabaron por reunirse en ilustres manuscritos como el Códice Atlántico. Leonardo anotaba sus ideas de manera casi telegráfica, con su misteriosa escritura invertida, pues iba de derecha a izquierda.

El único y constante personaje de estas fábulas y leyendas es la naturaleza: el agua, el aire, la piedra, las plantas y los animales tienen una vida, un pensamiento, una palabra. El hombre en cambio, aparece y actúa como un instrumento ignorante del destino , cuya acción, ciega e irreparable, destruye muchas veces a vencedores y vencidos.

Sin más preámbulo comenzamos esta recopilación de  estas fábulas que vienen acompañadas de una moraleja que nos deja siempre algo que aprender.


EL ZORRO Y LA URRACA

Un zorro hambriento dio en llegar un día bajo un árbol donde se habían posado una bandada de bulliciosas urracas.

El zorro escondido, comenzó a observarlas y se dio cuenta de que aquellas aves estaban buscando siempre qué comer y ni siquiera tenían miedo a posarse y picotear sobre esqueletos de animales.

- Probemos - dijo para sí el zorro.


Despacio, despacio, sin que lo sintiesen, se tumbó, quedándose inmóvil, con la boca abierta como si estuviese muerto.

Poco después una urraca lo vio y en seguida se dejó caer del árbol.

Se acercó al zorro y, creyéndole muerto, comenzó a picotearle la lengua, y así dejó la cabeza en la boca del zorro como un cepo.


Falsedad:

“ La codiciosa urraca hace aquí el papel de aquellos inconscientes que, engreídos y abandonando toda prudencia, son presa fácil de otros más astutos que saben aprovecharse en propio beneficio de sus debilidades”.


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