8 de febrero de 2023

Los 85 años de SIC y Luis Ugalde. Por Ismael Pérez Vigil

         

Los 85 años de SIC y Luis Ugalde

Ismael Pérez Vigil - Politólogo
4 de febrero de 2023


A pesar del título, no voy hablar de SIC, la revista religiosa (?) que cumple 85 años, de la mano de la Compañía de Jesús, de los jesuitas. Pero si voy a reseñar el artículo que para celebrar este aniversario escribió el Padre Luis Ugalde S.J.: SIC: 85 años, que ha sido publicado en varios medios (p.ej. en la página de Cesar Miguel Rondón: https://bit.ly/3Yg4RP6) y que invito a leer, sobre todo para los datos históricos, pues seguramente en la lectura del original se resume la historia de la revista, mejor de lo que yo lo pueda hacer. Los textos entrecomillados y en cursiva son tomados textualmente del artículo.

 

El Padre Ugalde, siempre es una fuente de inspiración de temas, de datos, de ideas y de reflexión y el artículo sobre SIC es además un interesante resumen de la historia política del país y la vida de la revista se desarrolla en paralelo. Por décadas, en cuatro trancos, Ugalde nos va resumiendo y llevando a una reflexión sobre el pasado, presente y futuro de nuestra realidad política, a la vez de hacernos reflexionar en un tema, oxidado en los recuerdos o extraño para muchos: la Doctrina Social de la Iglesia (DSI).

Años treinta, el nacimiento.

Como bien nos dijera Ernesto Sábato, en Heterodoxia (Alianza Edit. 1973): los siglos no terminan −ni empiezan− al mismo tiempo para todos; así como hoy el siglo XXI no ha empezado en Venezuela, SIC, nace en 1938, en la Venezuela del post gomecismo, que intentaba despegar de 27 años de adormecimiento, tratando de llegar al siglo XX, que apenas logra casi cuatro décadas más tarde. Además, nos agrega Ugalde, SIC nace como un vocero, no oficial, de la Iglesia, cuando en el mundo se desarrollaba también, desde hacía una década “… la ilusión salvadora del comunismo marxista, ateo y dictatorial…”; nace SIC, entonces, para aportar a ese contexto la DSI, en el intento de contribuir en el “…reto formidable de construir una sociedad de la dignidad humana y del bien común en libertad y solidaridad.”

Década de los años cuarenta.

Nos habla el artículo del salto a la democracia entre 1945 y 1948 −el llamado “Trienio Adeco” −, y nos describe esos años, hasta 1958 incluso, como el fracaso que supuso los primeros años de los partidos políticos en el poder y el intento de controlar y estatizar de manera exclusiva a la educación, a lo que se opuso la Iglesia y, naturalmente, la revista SIC. La revista defiende duramente “…el papel central del Estado en la educación, pero sin exclusiva, y fomentando la responsabilidad educadora de la familia y de toda la sociedad.” Parafraseando la expresión latina (dura lex, sed lex), podemos decir, “dura enseñanza, pero enseñanza” para los partidos que entendieron −especialmente AD− que ese no era el camino: “AD aprende, se corrige y décadas después será el partido de mayor contribución al crecimiento de la sociedad educadora plural…” Quizás hoy, en pleno enero del siglo XXI, al que después de 23 años aún no hemos llegado, estamos viendo en las calles y en la protesta de los maestros, además de sus naturales y justas reivindicaciones económicas, el grito porque se eduque en libertad, sin adoctrinadores juveniles ni milicianos, a los hijos de los venezolanos.

Final de la década de los años cincuenta.

Tras el golpe militar de 1948, que pospuso la democracia, ésta regresa en la agónica década de los cincuenta, “…con espíritu unitario, superando el sectarismo…”; y hace Ugalde en el artículo un notable resumen de lo que fue el −denostado hoy por algunos y añorado por otros− Pacto de Puntofijo y nos describe o resume de manera notable, lo que ahora, en 2023, debe ser una inspiración política de los venezolanos, en el momento en que sentimos que se nos achica el país, que se nos adormecen la política y los partidos democráticos y anhelamos que resurjan: “…con un pacto de entendimiento…” como el Pacto de Puntofijo, que lime las asperezas y enfrentamientos que estamos viviendo y nos conduzca a un acuerdo similar, en la Primaria que se avecina, cuyos objetivos sean: “…defender el pluralismo partidista, la alternancia en el poder y apoyo de todos al gobierno del partido ganador…”, que nos permita iniciar la transformación del país a partir del 2024.

Los años sesenta.

La década de los sesenta, nos dice Ugalde, fue de entendimientos plurales, de superación del sectarismo: “…exitosa década democrática (1960-1970) …(en la que)…SIC apostó fuerte a la democracia y a la formación de organizaciones sociales y de jóvenes y apoyó a la alianza democrática entre socialdemocracia y socialcristianismo…”, que contribuyó a enfrentar la insurrección de izquierda, instigada por el oscurantista comunismo cubano y los intentos de golpes militares en el país, de los que añoraban las dictaduras de décadas y siglos anteriores.

En esta década se intentó, sin completo éxito “…el desarrollo de una sociedad democrática, inclusiva y participativa.” Y el artículo de Ugalde nos recuerda el Concilio Vaticano II (1962-65) de Juan XXIII y al Episcopado Latinoamericano reunido en Medellín (1968), que invitaban y predicaban: “Vivir la Iglesia y construir la sociedad desde los pobres y excluidos.” Los años setenta, década que paso rápidamente, fueron años de debates duros, confrontaciones, acusaciones a la Iglesia −y a SIC− por el diálogo entre marxistas y cristianos que discurría en algunos círculos intelectuales y universitarios del mundo y de Venezuela, como parte de ese mundo.

El Siglo XXI.

Lamentándose, el sugestivo artículo de Ugalde nos recuerda el estancamiento de nuestra democracia y sus logros económicos y sociales; el estancamiento de los partidos y su “…voluntad transformadora…”, que nos sitúan en nuestro peculiar siglo XXI y en lo que nos acogota: el nefasto surgimiento del “…populismo mesiánico… el personalismo mesiánico y la ilusión de que de la mano de un hombre fuerte, armado, Venezuela lograría casi milagrosamente el reparto de la «inmensa» riqueza petrolera…” Que se nos resalta y se nos refleja en las calles, en las protestas y en las miserias que vemos, por causa del “…Mesianismo rentista…” y de lo que en su momento muchos no vieron “…que el «socialismo del siglo XXI» era el camino para eliminar toda democracia y empobrecer a todo el país.”, tragedia que hoy todos sufrimos y buscamos como librarnos de ella.

Conclusión.

Ugalde concluye con lo que creo que es un exhorto para todos los venezolanos, especialmente para quienes nos dedicamos a pensar o hacer política: “…contribuir a la creación de una Venezuela libre, justa y productiva…una sociedad solidaria… donde los pobres se sientan en la mesa central y no como mendigos que sobreviven con las sobras de comida que caen de la mesa de los saciados.”

Duras pero reflexivas palabras, para concluir ese paseo por los 85 años de SIC, que, como ya dije, son también una notable descripción en paralelo de esos años de la Venezuela que hoy sufrimos y vivimos y que estamos comprometidos a rescatar.

 https://ismaelperezvigil.wordpress.com/




------------------------------------------------------------------------------

Si quieres saber más de nosotros, síguenos por nuestras Redes Sociales a través del siguiente enlace:


si quieres compartir tus experiencias,  problemas o logros de tu comunidad, escríbenos a nuestro correo electrónico barutaenmov1@gmail.com y cuéntanos tu historia.

"La TRANSPARENCIA en la gestión es garantía de hacer las cosas bien. Queremos un GOBIERNO ABIERTO, empecemos por Baruta."


7 de febrero de 2023

El Sarampión. Por Manuel Barreto




El Sarampión 

Por Manuel Barreto - 4 de febrero de 2023 1:00 am





 “Quien de joven no es comunista, es que no tiene corazón. Quien de viejo es comunista es que ya no tiene cabeza…” Willy Brandt

Recientemente circuló en las redes sociales un ameno artículo de Jose O. Ceballos P, titulado ”Cuando era bobo”. Esas anécdotas me invitaron a pasear por ese tiempo de trágicas ” bobadas” que a buena parte de la juventud engatusaron. Palabras más palabras menos José Ceballos nos cuenta: ” Cuando era bobo usaba una gorra como la del Che Guevara. En mi habitación tenía un afiche con su imagen, luego comprendí que este era un Resentido Social y que éste, sólo se trataba de un embaucador asesino, sediento de sangre…

Cuando era bobo charlaba con mis amigos de juventud, sobre la explotación de los capitalistas, de alienación, de los logros de la Unión Soviética. Hoy, todos sabemos lo que sucedió con ese mundo de mentiras y esclavitud sin embargo, muchos de mis lejanos amigos, con ropajes andrajosos, zapatos rotos y enfermos, persisten en su bobera, sin tener el elemental gas para cocinar y medicamentos para aliviar sus males. Eso sí, con un título universitario …

Cuando era bobo leía a Marta Harneker, Ludovico Silva, Eduardo Galeano y muuuchos más, pero un buen día, cayó en mis manos “Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario”…

Así como lo narra José Ceballos, asi como tantos jóvenes de aquella turbulenta generación “Post Mayo Francés”, que se debatían entre la melodía de Lennon y su “Let it be”, las teorías ecológicas emanadas de los movimientos verdes, las ideas libertarias contenidas en “El Hombre Unidimensional” de Marcuse, y lo complejo del contenido de “El Capital” – tres pesados volúmenes que todo pichón de izquierdista tenía que digerir- así transitamos la senda del pensamiento socialista, pues considerábamos que esa era la vía para alcanzar la libertad, la paz y la justicia. Eran tiempos que nos invitaban a esas experiencias que si bien habían fracasado en la mitad del mundo, pensábamos que tal vez “tropicalizándolas” podrían llevarnos a un feliz porvenir.

Sin embargo, sería este convulsionado Siglo XXI, al cual no terminamos de ingresar precisamente por transitar un disparatado trayecto de nuestra historia, lo que nos demostraría con creces, el error de nuestro juvenil socialismo. Ya en mayo del 68 de aquella “Primavera Francesa” algo nos decía que había otros horizontes más amplios, más claros; puesto que los tanques soviéticos paseándose por Praga no era ninguna imagen que invitase a la unión. Como tampoco todo lo que describía Alexander Solzhenitsyn en su obra “Archipiélago Gulag”, donde una vez más surgían en la pluma de este científico e intelectual las voces de más de 20 millones de seres aniquilados; como también fueron exterminados otros tantos millones de seres por las caprichosa “Marchas” de Mao; por supuesto, sin dejar nunca de lado la barbarie roja personificada en un asesino que ocupa un insigne puesto en el Ranking Mundial de la locura comunista, nos referimos al psicópata de Pol Pot. Si consideran indagar un poco más el por qué vemos ya no con desconfianza sino con terror todo el proceso histórico del comunismo, hay una obra de imprescindible consulta, “El Libro Negro del Comunismo”, libro a varias manos que apareció en 1997 bajo la coordinación de Stephan Courtois, y en cuyo prólogo podrán leer: “Los autores del libro no han sido siempre extraños a la fascinación del comunismo. A veces, incluso, han sido partícipes, desde su modesta situación, del sistema comunista, ya sea en su refrito ortodoxo leninista-stalinista, ya sea en refritos anexos y disidentes (trotskistas, maoístas). Y aunque permanecen anclados en la izquierda −y precisamente porque permanecen anclados en la izquierda− tienen que reflexionar sobre las razones de su ceguera”.

Y es que más que un fenómeno, una mutación o una metamorfosis, ocurre en personas que durante un tiempo de sus vidas tuvieron una determinada convicción o ideología, pero será precisamente el cúmulo de engaños, de desaciertos, de corrupción, de incapacidad, de negligencia en aquello que sirvió de referencia a seguir lo que les lleve a una esclarecedora metanoia.

Ejemplos de estos cambios son muchos. Allí está Albert Camus y su encuentro con “El Hombre Rebelde” quien triunfó sobre el atareado Sartre que se dejó llevar en la defensa del GULAG estalinista, con una actitud tolerante ante las lacras del comunismo justificada en el pragmatismo político.

Referencias más próximas las encontramos en Rómulo Betancourt y varios de sus compañeros de la Generación del 28, quienes también sufrieron de aquel “sarampión”; y aún luchando con tenacidad contra este parapeto de “Socialismo Siglo XXI” pudimos ver a dos bastiones de aquella izquierda, Pompeyo Márquez y Teodoro Petkoff, quienes tuvieron una amplísima noción de futuro.

Sin embargo, sería este convulsionado Siglo XXI, al cual no terminamos de ingresar precisamente por transitar un disparatado trayecto de nuestra historia, el que nos demostraría con creces, el error de nuestro imberbe socialismo.

¿Por qué?

Porque mientras la Social Democracia, la Democracia Cristiana y el Liberalismo aceptan el sistema económico de mercado y la necesidad de un estado regulador y hasta partícipe del sector productivo, en la otra acera nos encontramos con un “Socialismo Siglo XXI” que dice distanciarse al del siglo XIX, pero resulta que nunca ha salido de él, puesto que sus enseñanzas surgieron a partir de aquellas teorías filosóficas, históricas y económicas y están encasilladas allí. Porque este régimen mediocre no acabó con las diferencias y los privilegios, sino que los ha intensificado; no ha generado riqueza y bienestar para todos, sino que los concentró en unos pocos; no logró respeto y dignidad para cada uno de los ciudadanos, sino que ha centrado como sagrado un modelo único, vetusto, y fracasado, mediante la burla, la iracundia y la intolerancia; y aún insiste en lograr igualdad, pero sólo haciéndonos a todos iguales en la miseria.

Porque en todas partes donde el socialismo fue puesto en práctica se demostró que conduce hacia la pobreza y el desorden económico. Porque el socialismo se apoya primordialmente en el Estado y en la sociedad y no en el individuo con su responsabilidad y dignidad humanas. Como ciudadano, el individuo tiene deberes para con la sociedad en la que vive y está obligado a subordinarse a las exigencias del interés general o bien común, pero también tiene derechos derivados de su propia naturaleza racional que lo colocan por encima de la sociedad. Hablamos del sagrado derecho de defender a su familia, que en fin de cuentas, es la semilla que permite que la sociedad germine.

Y así como lo narra José Ceballos, ahora releyendo al bien ponderado y recordado Carlos Rangel y su “Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano” nos encontramos con esta clara sentencia: … “Casi todos los latinoamericanos hemos sufrido el marxismo como un sarampión, de modo que lo alarmante no es tanto haber pasado por esas tonterías como seguir repitiéndolas —o, lo que es peor, creyéndolas— sin haberlas confrontado con la realidad. En otras palabras, lo malo no es haber sido idiota, sino continuar siéndolo”.





Sociólogo de la Universidad de Carabobo. 
Director de Relaciones Interinstitucionales de la Universidad de Carabobo





------------------------------------------------------------------------------

Si quieres saber más de nosotros, síguenos por nuestras Redes Sociales a través del siguiente enlace:


si quieres compartir tus experiencias,  problemas o logros de tu comunidad, escríbenos a nuestro correo electrónico barutaenmov1@gmail.com y cuéntanos tu historia.

"La TRANSPARENCIA en la gestión es garantía de hacer las cosas bien. Queremos un GOBIERNO ABIERTO, empecemos por Baruta."


1 de febrero de 2023

Contra la Sociedad Civil, otra vez. Por Ismael Pérez Vigil

Ismael Pérez Vigil



Contra la Sociedad Civil, otra vez


Ismael Pérez Vigil - Politólogo

28 de enero de 2023



Cada cierto tiempo resucita en el país y en la Asamblea Nacional, la electa en 2020, algún proyecto de ley o intentona para limitar la cooperación internacional a las oenegés venezolanas que se dedican a la actividad de defensa de derechos políticos, derechos humanos, asistencia humanitaria, etc. El año pasado, resucitaron el llamado Proyecto de Ley de Cooperación Internacional, que había sido enterrado hacía un año en alguna gaveta del Palacio Federal y que desapareció nuevamente en poco tiempo.

En esa oportunidad, además de los intentos de criminalización de la actividad de las oenegés, la Asamblea Nacional electa en 2020 (AN2020), con el proyecto de Ley mencionado, pretendía regular las actividades −y sobre todo el financiamiento internacional− de las oenegés; el Proyecto tuvo una sola discusión en la Asamblea, se paralizó su aprobación y fue enterrado no se sabe dónde, durante más de un año. Ahora, nuevamente el régimen viene por sus fueros con otro proyecto, al parecer distinto a aquel. Esas arremetidas son periódicas y continuas y al igual que los anteriores, del actual proyecto de ley, no es de esperar ninguna buena intención o la solución de algún problema.

SC y TSJ.

La “intención del legislador” en la Constitución Bolivariana en cuanto al papel que le atribuye a la sociedad civil, se ha ido “desfigurando”, al irse confiscando o menoscabando sus funciones con varias sentencias del TSJ, dictadas por la Sala Constitucional. En dichas sentencias se busca restringir la participación ciudadana y hasta quitarle el carácter de sociedad civil, contemplados en el artículo 70 de la Constitución y preparar el terreno para que, eventualmente, a futuro −como podría ocurrir de aprobarse este nuevo proyecto de ley− prácticamente ninguna organización pueda considerarse como parte de la sociedad civil u obtener financiamiento interno o externo.

Hasta el momento las sentencias del TSJ, en realidad, no restringen, ni prohíben la posibilidad de actuar o de constituir oenegés o que la sociedad civil se organice u obtenga financiamiento interno o externo. Pero sí limitan las posibilidades de actuar en el contexto de la Constitución Bolivariana; lo que no es poca cosa, pues eso abre la puerta para declararlas ilegales en cualquier momento y así impedir, entre otras cosas, que puedan actuar en alguno de los comités o actividades señaladas en la Constitución en los que se necesite para ello la calificación de organización de la sociedad civil. Es decir, como se señala más arriba, se trata de la confiscación legal o el menoscabo de un derecho por una interpretación del TSJ, pero no se trata, de señalar que su actividad sea ilegal, ni su organización, ni su financiamiento. Las organizaciones de la sociedad civil y quienes las apoyan podrían seguir en su empeño y luchas por los derechos humanos y continuar contando con el apoyo financiero para ellas. Por lo menos, por ahora.

“Nueva” Ley.

Pero la arremetida actual, de concretarse la Ley de Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de las ONG, que fue presentada el martes 24 de Enero en la AN2020, iría mucho más allá de las arremetidas del TSJ y las anteriores de la Asamblea Nacional contra la sociedad civil. En anteriores oportunidades la AN limitó algunas actividades y participación a la sociedad civil; por ejemplo, en el Comité de Postulaciones para designar el CNE, favoreciendo una mayor participación de los partidos políticos. Y aunque lo anterior iba contra sentencias dictadas por el propio TSJ −como la del 21 de noviembre de 2000− que señala que las organizaciones y partidos políticos “… no conforman la sociedad civil, sino la sociedad política cuyos espacios están delimitados por la Constitución y las leyes...”, se limitaba a ese comité de postulaciones, no arremetía contra las funciones, objetivos y recursos financieros de las oenegés.

Los intentos en 2021 y 2022.

La tentativa actual va mucho más lejos, pues pretende corregir, mediante una ley, el intento del Gobierno electo en el año 2018, con dos providencias administrativas, en marzo y mayo de 2021. Se recordará que en esa oportunidad la Oficina Nacional Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, con base en la Ley Orgánica que lo crea −sin ninguna justificación legal− crearon un Registro Unificado de Sujetos Obligados ante la Oficina Nacional Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo (RUSO-ONCDOFT), por el cual se pretendió, el establecimiento de ese registro, en el que debían figurar, entre otros, los objetivos, actividades, aliados, directivos y personal de las mismas.

Desde luego, en esa oportunidad la reacción de las oenegés afectadas fue contundente, denunciaron la ilegalidad de la providencia ante organismos internacionales, la opinión pública nacional, el propio Gobierno y el TSJ; se declararon en rebeldía frente a esta disposición y manifestaron que no procederían a hacer el mencionado registro que, hasta la fecha, no ha podido establecerse y el Gobierno no ha hecho intentos por forzar su aplicación. Lo anterior no quiere decir que el gobierno se cruzó de brazos, pues bien sabemos de los intentos de criminalización de la actividad de las oenegés.

Tras esos intentos de criminalización, la Asamblea Nacional 2020, comenzó a discutir un Proyecto de Ley de Cooperación Internacional para regular las actividades −y sobre todo el financiamiento internacional− de las oenegés; el Proyecto tuvo una sola discusión en la Asamblea Nacional y se paralizó su aprobación desde hace más de un año. Resurge ahora como una “nueva” ley, que llamaremos de Fiscalización.

Lo importante, por los hechos descritos, del TSJ, el Gobierno y la Asamblea Nacional 2020, es que la amenaza contra las organizaciones de la sociedad civil sigue pendiente y −como ya hemos visto− tal parece que ahora se activa de nuevo, al aparecer esta Ley de Fiscalización, que fue presentada el pasado martes 24 de enero en la Asamblea y que pretende regular los recursos y el financiamiento de las oenegés.

El intento del 2023.

Con respecto a esta nueva intentona, esperamos de las más de 500 organizaciones de la Sociedad Civil, que frente a la anterior emitieron y circularon un documento denominado: “Organizaciones de la sociedad civil rechazan proyecto de ley anti-solidaridad que cierra la cooperación internacional.”, en el cual analizaron a fondo dicha Ley y los prejuicios que podía ocasionar, vuelvan a emprender iniciativas similares y alerten nuevamente al país y a la comunidad internacional, acerca de los peligros que encierra este nuevo amago contra las libertades públicas, los derechos humanos y los continuos intentos del régimen venezolano de hostigar, controlar los recursos y criminalizar la actividad de las oenegés, defensoras de los derechos humanos y asistencia humanitaria.

El actual ambiente de protesta en el país, protagonizado por organizaciones de maestros, profesores y trabajadores públicos y la recién finalizada visita al país de Volker Türk, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, son una buena ocasión para denunciar este nuevo intento contra los derechos civiles, políticos y humanos en Venezuela.

Conclusión.

No sabemos si se trata de uno de esos intentos de intimidación, un nuevo “trapo rojo” para distraer la atención de cualquier de los múltiples y graves problemas del país, sospechamos que sí; pero, debemos estar atentos, sin bajar la guardia, para que no se cumpla la famosa fábula de “El pastorcito mentiroso y el lobo”, que de tanto gritar y bromear: “Ahí viene el lobo, ya viene el lobo, el lobo, el lobo…”, cuando éste llegó de verdad, nadie salió a defenderlo.

 Https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

P.S.

Quienes quieran revisar las funciones que la Constitución le atribuye a la sociedad civil y como se han disminuido, confiscado o menoscabado estas funciones en las sentencias del TSJ, invito a verlo en el siguiente vinculo:

-       La Sociedad Civil Resiste en https://bit.ly/3mWlhuM)

31 de enero de 2023

Que burla tan seria. Por Manuel Barreto

 

Manuel Barreto


Que burla tan seria



“Venezuela no se ha perdido, ni se perderá nunca, porque un ciudadano se burle del presidente, Venezuela se perderá cuando el presidente se burle de los ciudadanos” General Carlos Soublette.

La burla… ¿Está en nuestra idiosincrasia? ¿Somos jodedores por antonomasia? ¿O será que en nuestro ADN nacional la mamadera de gallo aparece como piedra filosofal? Se cuenta que cuando los conquistadores llegaron a esta “Tierra de Gracia” lo primero que preguntaron fue ¿Dónde está el oro? Siempre los aborígenes respondían indicando hacia el sur… Fue mucho tiempo después que los extranjeros comprendieron la mofa: los mandaban al sur…es pos del loro.

Sin embargo, y tal como lo sugiere el epígrafe del General Soublette, desde tiempos inmemoriales hemos sido muy dados a hacer chistes de cuantos detentan el poder, más como señal de descontento que resignación, y hasta de nuestras calamidades y desgracias, por distracción, diversión o consuelo; es una especie de alivio nacional, de todo lo serio un chiste… Pero que se burle el gobierno de la ciudadanía…

Parece ser que su origen en parte se ubica en las cortes reales, donde el rey empleaba un personaje llamado bufón para que hiciera de cómico en la corte y los cortesanos rieran a buena gana. Bufones que en la actualidad se nos presentan bajo esa modalidad contemporánea del Entertainment mediático, con desplantes infectados del destructor odio y del terrible resentimiento, o bien aderezadas con el cinismo y la mordacidad acumulada por la incapacidad de entender la otredad, la concordia y la tolerancia.

Se hace menester destacar que existe una diferencia entre bromear y burlarse.

La gran falta de madurez, respeto y sensatez, estriba generalmente en la maldad y mediocridad de las personas burlonas, quienes muy a menudo son sorprendidas por las personas burladas. La psicología social vernácula nos dice que los venezolanos tomamos en serio los chistes y hacemos chistes de lo serio, que no creemos en nadie y creemos en todo, lo que nos expone con bastante fragilidad a las caprichosas burlas de un régimen y sus secuaces que se niega a tomar con seriedad un país que anhela seguridad alimentaria, salud, orden, respeto, tolerancia y justicia. Y sobre todo, un cambio de gobierno. Así seremos de jodedores los venezolanos que ya Benjamin Rauseo, ” El Conde del Guácharo”, figura muy bien posicionado en las encuestas para las presidenciales.

Una desgraciada burla resulta el estado deplorable del sistema de salud, la criminal desidia en el aprovisionamiento de las medicinas que se requieren para afrontar la pandemia; como mofa sin igual es la que obliga a esas kilométricas colas para lograr surtirnos de gasolina. 23 años de burlas, y como si nada… Burla al enaltecer la pobreza; burla con los necesitados.

Pero resulta que este “bullying” nacional como política de Estado tiene en el actual gobernador su más destacado representante. La estrategia de Lacava de hacer escándalo y generar prurito en la sociedad carabobeña le ha servido… Ha demostrado una y otra vez que la gente es fácil de manipular con disparadores muy sencillos como el horror, el rechazo y el “miren qué locura hizo ahora”. Eso no habla ni bien ni mal de Lacava, habla muy mal de la gente opositora que se ha encargado de viralizar comentar y divulgar sus publicaciones una y otra vez. Norman Manea, un extraordinario escritor rumano que sufrió las atrocidades del totalitarismo negro y rojo, nos deja en su obra “Payasos: el dictador y el artista” nos deja ciertas interrogantes fundamentales: “¿Es el Dictador solamente un enemigo de las masas o un producto de éstas?” o “¿Se habrá encarnado el Mal sólo en mensajeros tan mezquinos y ridículos? ¿Acaso el grandioso emblema del infierno sólo se manifiesta en esos estúpidos, aunque terribles, pantomimos balbucientes?”



Manuel Barreto




Sociólogo de la Universidad de Carabobo. 
Director de Relaciones Interinstitucionales de la Universidad de Carabobo

24 de enero de 2023

Aclaratorias y Decisiones… Por Ismael Pérez Vigil


Aclaratorias y Decisiones…

Ismael Pérez Vigil - Politólogo

21 de enero de 2023


Entre los temas controversiales que maneja la Comisión Nacional de Primaria (CP) está el de la participación del CNE y el alcance de esa participación en el proceso de la primaria opositora para elegir el candidato unitario de la oposición. Sobre ese tema, al que me referí en mi artículo de la semana pasada, aún no se ha tomado ninguna decisión, salvo la ya anunciada de reunirse con ese organismo, en la cual se le solicitó la utilización de los centros electorales, la actualización del registro y la conformación de una comisión técnica.

De manera que lo expresado en el artículo referido son mis opiniones y no reflejan la posición de la CP, que como he dicho, aún no ha tomado una posición al respecto. Por otra parte, como se deduce de la lectura del artículo, mis opiniones tampoco son definitivas, pues estoy abierto a la discusión que se pueda dar, y se dé, en la Comisión; y desde luego aceptaré sin ambages la decisión que se adopte en dicha Comisión.

Otro de los problemas con los que tiene que lidiar la CP de la oposición democrática, es el de la votación de los venezolanos en el exterior, que por varias razones, es el más complejo, delicado y difícil de ver con la reposada calma y objetividad que se merece. Votar, es un derecho político y, por lo tanto, un derecho humano fundamental. La CP así lo ha declarado en varias oportunidades: Todo venezolano, mayor de 18 años, que esté en el registro que en su momento definirá la CP, en Venezuela o el exterior, tiene derecho a votar y es deber, misión y objetivo de la Comisión, procurar y hacer lo necesario para que eso sea posible.

Sobre todo, porque entre los principios que guían la actuación de la CP está el de:

      “…rescatar el valor del voto como instrumento para la democratización… (y el) … Perfilamiento de la Primaria como un proceso abierto de participación y despertar democrático…”

Por ello, en el primer informe de balance de la Comisión, el 12 de diciembre de 2022, la CP afirmó:

      “Se elaborará e implementará un Plan de promoción de la participación electoral de los venezolanos que se encuentran en el exterior, para incorporarlos a la Primaria y luego al RE con su dirección actual.”

Con respecto a ese Registro, en el mismo informe del 12 de diciembre último, la CP afirmó:

      “Con base en propuestas recibidas, se están definiendo las características y alcances de un registro auditable para el ejercicio del derecho al voto de venezolanos que se encuentran en el exterior, que les permita votar presencialmente en la primaria y marque un camino para su participación en la futura elección presidencial.” (Subrayado mío)

Incluso la CP, en su declaración de diciembre, ha ido más allá de lo que establecen las normas que se han empleado en procesos electorales recientes, que se consideran restrictivas y violatorias de los derechos políticos establecidos en la Constitución y en el propio artículo 124 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE); a tal efecto la CP ha declarado:

      “Se tendrán en cuenta los criterios que, de acuerdo con la Constitución y el Derecho Internacional, deben ser considerados para superar la ilegal restricción del derecho al voto que ha sido impuesta en procesos electorales anteriores.”

El problema no es sencillo de resolver y espero haber ilustrado suficientemente su complejidad; pero, sobre todo, espero haber dejado claro −y lo enfatizo− que la CP no ha tomado ninguna decisión con respecto al alcance y modalidades de la participación de los venezolanos en el exterior y seguirá buscando la alternativa para que todos los venezolanos, donde quiera que estén, se incorporen, de manera efectiva y real, a la reconstrucción de la democracia en el país.

 https://ismaelperezvigil.wordpress.com/





21 de enero de 2023

Que no se calle la calle. Por Manuel Barreto

Manuel Barreto Hernaiz

Que no se calle la calle

 


 “Protestar es negarnos a ser reducidos a cero y a que se nos imponga el silencio. Por tanto, en cada momento que alguien hace una protesta, por hacerla, se logra una pequeña victoria. El momento, aunque transcurra como cualquier otro momento, adquiere un cierto carácter indeleble. Se va y sin embargo dejó impresa su huella.” John Berger

La combinación de malestar, inconformidad, de pérdida de credibilidad en los mensajes del régimen, tan sólo ha incrementado la ausencia de esperanza respecto a la posibilidad de su cambio, en sentido positivo para la mayoría de la población, lo que conlleva a una profunda desesperanza, un gran desencanto y desconfianza, que se manifiesta en la generalizada frustración.

Pero ya no se pueden tapar tantas bocas ni cerrar tantas conciencias pues el reclamo es de toda una mayoría que no acepta más engaños ni fracturas como Nación, ahora la arrechera es sensatamente sentida, lo que nos recuerda aquella sentencia de Camus que expresaba que no es noble la rebelión por sí misma, sino por lo que exige.

Así las cosas, ya la mayoría de los venezolanos se cansó de esperar una adecuada respuesta a sus apremiantes necesidades, desde las más básicas hasta aquellas que le garanticen su supervivencia

La experiencia histórica nos indica que, al encauzar energías de los ciudadanos en conseguir objetivos perfectamente válidos y aceptados por la sociedad, la vía pacífica tiene más efectividad que la violenta en términos promedio. Sin embargo, no se puede descartar que el uso combinado de la perseverante y activa protesta junto a métodos preferentemente pacíficos, tal vez sea la estrategia óptima a seguir en estos tiempos en los cuales la mayoría de los venezolanos se cansó de esperar una adecuada respuesta a sus apremiantes necesidades, desde las más básicas hasta aquellas que le garanticen su supervivencia.

Clama con su voz celestial pero muy firme, la Conferencia Episcopal Venezolana: “Hoy es el momento de despertar de nuestra postración para despojarnos de todo vestigio de resignación, indiferencia o egoísmo. Generar conciencia de la propia dignidad humana y responsabilidad compartida. Levantarnos y caminar juntos para sembrar esperanza, actuar con decisión, cultivar valores y promover una forma de hacer política basada en el bien común y no en intereses particulares o en fines ideológicos…”

Y ese llamado lo ha escuchado un país que comprendió que abandonar esta irrenunciable lucha por apatía, desaliento o escepticismo, resulta peligroso, ya que supondría la entrega definitiva de una herramienta indispensable para labrar y lograr hacer fértil, la realidad que hoy nos ocupa.

Así las cosas, es tiempo de radicalizar el justo reclamo, de hacer de la calle el espacio donde fluya con fuerza esa acumulada indignación ante los atropellos y disparates de un régimen que hace aguas y pretende llevar al abismo a toda la Nación venezolana.

Una de las pocas maneras para que este régimen no se sienta que es intocable, es haciéndole sentir el peso de la ciudadanía ya que no sienten el peso de la ley, pues hace rato ellos la controlan; sin violencia, pero con determinación; sin tocarles pero sin dejarles respirar. Una hormiga no para un bus, pero llena de ronchas al que la conduce… Cuando la calle vuelva a convertirse en el lugar de lo político, poco espacio quedará para estos usurpadores y corruptos que pretenden continuar arruinando el futuro de la nación venezolana.

En fin de cuentas: la voz y las calles son las armas con las que realmente cuenta el ciudadano, y así las cosas… ¡Que no se calle la calle!



Manuel Barreto




Sociólogo de la Universidad de Carabobo. 
Director de Relaciones Interinstitucionales de la Universidad de Carabobo

26 de diciembre de 2022

La Navidad: Más que una época, es un sentimiento. Por Manuel Barreto


La Navidad: Más que una época, es un sentimiento

 


Hoy es Navidad, una celebración que muchos preferirían olvidar para siempre: esos millones de venezolanos que por diversas razones hacen parte de la diáspora; los miles de ciudadanos afectados por la hambruna, por la crisis humanitaria en la que yace postrada la nación venezolana, por la incertidumbre ante un futuro muy difuso; por una indetenible inflación que quedará registrada en la memoria histórica; por la violencia.

Esos cientos de miles de ciudadanos que no lograron una asistencia en salud acorde con los ingresos de un país petrolero que por negligencia e incapacidad dejo de serlo; los familiares de tantos presos políticos, de innumerables exiliados y perseguidos, que con tanta ilusión trataron –una vez más – que su lema “Navidades sin presos, perseguidos y exiliados políticos”, fuese tomado en consideración por un régimen arbitrario y pendenciero, que tan sólo privilegia sus intereses políticos por encima de cualquier consideración humanitaria.

Sin embargo y a pesar de los pesares, henos hoy, 24 de diciembre, envueltos en esa melancólica y nostálgica época que representa la Navidad, celebrando el nacimiento de Jesús de Nazaret.




La Navidad, de acuerdo a nuestra tradición, es época de nacimiento, es la alegría que vuelve al corazón de las personas y la generosidad de compartirla con otros. Es el misterio y la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza de seguir adelante, más que una fecha, es un estado de la mente. La Navidad, más allá del significado religioso, es la fiesta de la inocencia, de la bondad, de la profunda amistad, de todos aquellos sentimientos en los que debemos perseverar día a día.

La Navidad es, ante todo, un misterio de la infancia… pero hemos crecido demasiado. Para unos es tiempo de melancolía y nostalgia, y estén donde estén, les reconforta con la celebración del nacimiento de Jesús de Nazaret; en tanto que para otros la Navidad será una triste oportunidad para advertir la pobreza o la angustia en que se vive, puesto es en el momento de la celebración de unos, cuando otros toman conciencia de la nada a la que han sido arrojados por el destino o por la perversidad de los propios hombres.

Si la Navidad es tiempo de nacimiento, la invitación entonces que se nos presenta es al renacimiento de la conciencia con verdadera responsabilidad social y política, de la tolerancia y la comprensión sin distingos de raza, credo o clase social. Para los verdaderos creyentes la Navidad no es un festejo, tampoco es una época, es un sentimiento, un sentimiento que florece cada año, es la época en la que soñamos y nos prometemos un año mejor. Entonces, que ese Grinch hecho gobierno no nos robe la navidad.

Y no es cuestión de la ausencia de gaitas, patinatas, tumbaranchos, whisky o buenos vinos; ni del “aguinaldito chucuto” o la hallaca disminuida, pues así como María y José se vieron colmados de gracia en aquel vetusto y frio pesebre, así nosotros, como Nación, con fe, constancia y perseverancia, podremos alcanzar la luminosidad no de una estrella fugaz sino de toda una gran constelación que espera por nuestra orientación, coherencia, decisión…y acción.

Que en esta Navidad renazca todo lo bueno, que renazca lo mejor de cada uno de nosotros y la luz de la esperanza se transforme en una maravillosa realidad.


Manuel Barreto




Sociólogo de la Universidad de Carabobo. 
Director de Relaciones Interinstitucionales de la Universidad de Carabobo